Problemas de absorción: Enfermedades como la enfermedad celíaca, la enfermedad de Crohn y la fibrosis quística pueden dificultar que los intestinos absorban proteínas, lo que lleva a una deficiencia, incluso con una dieta adecuada.
Aumento de las necesidades de proteínas: En algunas situaciones, como durante el crecimiento, el embarazo, la lactancia, la recuperación de una cirugía o una enfermedad grave, el cuerpo necesita más proteínas de lo normal. Si la ingesta no es suficiente para satisfacer esta demanda, puede producirse una deficiencia.
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