Añadir el limón y espesar:
Agrega la ralladura fina de 1 limón, el jugo de 1 limón y 20 g de maicena al bol.
Mezcla bien con el batidor hasta que no queden grumos de maicena y la mezcla sea homogénea.
Consejo: Tamiza la maicena si tiene grumos para garantizar una textura sedosa.
Templar con leche:
Calienta 250 ml de leche en una cacerola pequeña a fuego medio hasta que esté caliente pero no hirviendo (deben salir pequeñas burbujas en los bordes).
Vierte la leche caliente poco a poco en la mezcla de yemas, batiendo constantemente para evitar que las yemas se cocinen.
Consejo: Ve despacio al añadir la leche para “templar” las yemas y lograr una mezcla suave.
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