Cortarlos en cuartos, sin presionarlos.
Espolvorea cada pieza con sal marina sin refinar o sal rosada (evita las sales industriales).
Colócalas en pequeños recipientes, en lugares estratégicos de la habitación: mesita de noche, alféizar de la ventana, rincón de la habitación, etc.
Reemplácelos cada 2 o 3 días para evitar el moho y mantener su eficacia.
Consejo adicional: también puedes agregar una gota de aceite esencial de limón para realzar el aroma.
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