Probióticos: Pese a no ser considerados como vitaminas, estos tienen la capacidad de limpiar el intestino y contribuir con la prevención de enfermedades como el cáncer. También sirven para mejorar el metabolismo, el cual a partir de los 35 años, tiende a ralentizarse.
Vitamina D: Contribuye con la producción de calcio en el cuerpo. Además de regular enfermedades como la diabetes, el cáncer e incluso logra mantener en control a las cardiopatías.
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