2. Añade la manteca derretida o el aceite a la harina y mezcla con tus manos o una cuchara hasta que tenga una textura arenosa.
3. Poco a poco, agrega el agua tibia mientras mezclas hasta formar una masa. Si estás usando huevo, bátelo y añádelo junto con el agua.
4. Coloca la masa en una superficie limpia y amasa durante unos 8-10 minutos hasta que esté suave y homogénea.
5. Cubre la masa con un paño húmedo o con film transparente y déjala reposar durante 30 minutos. Esto permitirá que se relaje y sea más fácil de estirar.
6. Divide la masa en porciones pequeñas, estíralas con un rodillo hasta que tengan un grosor de unos 2-3 mm, y córtalas en círculos del tamaño deseado (usualmente 12-15 cm de diámetro).
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