5. En una superficie enharinada, coloca la masa y extiéndela suavemente en un rectángulo con un rodillo, cuidando de no aplastar la mantequilla. Si la mantequilla empieza a derretirse, enfría la masa unos minutos en la nevera.
6. Dobla la masa en tres partes, como si fuera una carta (pliegue simple). Gira la masa 90 grados y vuelve a estirar en un rectángulo. Repite este proceso (doblar en tres y girar) una vez más.
7. Envuelve la masa en papel film y refrigérala durante 30 minutos. Este reposo permite que la mantequilla se enfríe y que el gluten de la harina se relaje.
8. Después del reposo, vuelve a sacar la masa y repite el proceso de estirar y doblar (el mismo pliegue en tres partes) dos veces más. Refrigera entre cada ronda de pliegues si notas que la masa se pone difícil de manejar o si la mantequilla empieza a derretirse.
9. Después de hacer todos los pliegues, deja la masa descansar en la nevera por al menos 1 hora antes de usarla. Si tienes tiempo, incluso mejor si la dejas reposar toda la noche.
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