3. Incorporar el Agua y Mezclar
Vierte el agua tibia lentamente en el hueco. Comienza a mezclar los ingredientes con las manos o una espátula, integrando poco a poco la harina desde los bordes hacia el centro. La idea es que el agua y la grasa se mezclen con la harina gradualmente, evitando grumos y asegurando una masa homogénea.
4. Amasar
Cuando la mezcla comience a unirse, amasa durante unos 10 minutos hasta obtener una masa suave y elástica. Si la masa está demasiado seca, puedes añadir un poco más de agua, cucharada a cucharada. Si está demasiado húmeda, agrega un poco más de harina. El amasado es clave para desarrollar el gluten de la harina, lo que da a la masa su elasticidad y la hace manejable al momento de rellenar.
5. Reposo
Cubre la masa con un paño limpio y déjala reposar durante unos 30 minutos. Este paso permite que la masa desarrolle una mejor textura, ya que el gluten se relaja y la masa se vuelve más fácil de estirar y manipular.
6. Estirar y Cortar
Tras el reposo, estira la masa con un rodillo hasta que tenga un grosor de unos 3-4 mm. Luego, utiliza un cortador circular para cortar la masa en el tamaño que prefieras para tus empanadas. Este grosor garantiza una masa resistente para contener el relleno, pero lo suficientemente fina como para dorarse de manera uniforme.
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