Vierte la masa en el molde rectangular de 25 cm previamente engrasado y enharinado.
Cubre el molde con un paño y deja reposar en un lugar cálido durante 40 a 60 minutos, o hasta que la masa duplique su tamaño.
(Opcional) Pincela la superficie con la mezcla de yema y leche para que quede doradito.
Lleva al horno precalentado a 180 °C (350 °F) durante 30-35 minutos, o hasta que el pan esté dorado y al golpearlo suene hueco.
Deja enfriar sobre una rejilla antes de desmoldar
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