La estrella indiscutible de este plato es la masa filo, conocida por su textura ultrafina y crujiente. Cada capa se pincela cuidadosamente con mantequilla derretida o aceite de oliva, creando un caparazón dorado y crujiente que encierra el relleno de carne. Para un acabado irresistible, puedes espolvorear semillas de sésamo sobre la superficie antes de hornear, añadiendo un toque visual y un crujido adicional.
Este pastel es ideal para cualquier ocasión, desde una comida familiar hasta una cena especial con amigos. Su presentación elegante y su sabor irresistible lo convierten en una opción perfecta para lucirte en la cocina sin complicarte demasiado. Además, puedes prepararlo con antelación y hornearlo justo antes de servir, lo que lo hace práctico para aquellos días ocupados.
La masa filo, aunque delicada, es sorprendentemente fácil de manejar si se trabaja con paciencia y cuidado. Y si nunca la has utilizado antes, esta receta es una excelente oportunidad para descubrir lo versátil y mágica que puede ser.
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