La textura rica y decadente del pastel de mantequilla de Kentucky, que proviene del sur de los Estados Unidos, es un postre tradicional y reconfortante. Una corteza crujiente y dorada y un relleno cremoso de mantequilla, azúcar morena y huevos le dan a este pastel una consistencia densa y suave que se derrite en la boca. Con frecuencia se le agrega un toque de vainilla o bourbon, lo que le da un perfil de sabor profundo y ligeramente ahumado. El centro del pastel permanece húmedo y jugoso y la superficie adquiere un hermoso color dorado al hornearse.
Este pastel es un homenaje a la mantequilla en su forma más pura; combina perfectamente lo dulce y lo salado. Un postre irresistible y lleno de recuerdos se sirve tradicionalmente con una cucharada generosa de crema batida o una bola de helado de vainilla.
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