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Pastel “Locura Mundial”: El Bizcocho Esponjoso con Cobertura Cremosa que Conquista a Todos

Sugerencias de Servicio y Maridaje
Sirvo este pastel con un café con leche calentito—el dulce y el amargo se quieren tanto que me derrito. Es mi ritual mañanero para empezar con una sonrisa—me encanta esa dupla. Lo pongo con un té de frutas cuando quiero darme un gustazo total—el cítrico y el bizcocho son para morirse de ricos. Mi placer de tarde—todos piden más. Lo llevo a reuniones cortado en cuadritos con un poco de azúcar glas—se ve tan lindo que todos me halagan. Me siento la reina mientras lo comen y me piden la receta—es mi as bajo la manga. Lo guardo en un recipiente y me corto un pedacito a medianoche con un vaso de leche—mi momento secreto. Es como un abrazo cuando nadie mira—no hay nada que lo supere.

Información Nutricional
Este pastel tiene azúcar y grasa de la mantequilla, pero me da energía y felicidad pura. No es ligero, pero me levanta el ánimo, y no me preocupo demasiado—cada pedazo es un subidón. Los huevos y la leche traen algo de proteína y calcio—me siento un poquito menos culpable. No es una ensalada, pero tiene su lado bueno escondido—me digo que es equilibrio a mi estilo. La nata y el azúcar son dulces y cremosos, y no cuento calorías—es un postre, no un examen. La harina le da cuerpo, y yo solo pienso en lo rico que es—lo como despacito y lo disfruto al máximo. No tengo números exactos, pero sé que me nutre el alma más que nada—tiene calorías, claro, pero vale cada una por la alegría que trae. Lo como y me siento viva, eso es lo que cuenta.

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