En climas cálidos: Durante los meses más calurosos, es recomendable colocar el romero en un lugar donde reciba sol por la mañana y sombra por la tarde. Esto evitará que las hojas se quemen y se sequen.
En climas templados o fríos: En estas zonas, el romero puede recibir sol directo durante todo el día, ya que los rayos no son tan intensos.
Temperatura: evitar los extremos
El romero prefiere un clima templado, similar al de su hábitat natural en el Mediterráneo. Las temperaturas ideales para su crecimiento oscilan entre los 15°C y los 25°C. Sin embargo, es una planta resistente que puede tolerar condiciones más extremas si se toman las precauciones necesarias.
Protección contra el frío: Las heladas y las caídas bruscas de temperatura pueden dañar el romero. Si vives en una zona con inviernos fríos, es recomendable cubrir la planta con un paño o llevarla al interior durante las noches más frías.
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