Forramos el molde que vamos a utilizar con papel de horno y trituramos las galletas. Después, las mezclamos con la mantequilla a temperatura ambiente y ponemos la mezcla en la base del molde, aplastándola un poco con los dedos. Reservamos en la nevera.
Vertemos la nata en una cacerola con 75 gr. de azúcar. La ponemos a fuego medio y vamos removiendo, hasta que comience a hervir. Entonces cocinamos 3 minutos a fuego alto, sin parar de remover.
Retiramos la cacerola del fuego y añadimos las 5 hojas de gelatina, bien escurridas, y mezclamos de nuevo. Dejamos reposar durante 15 minutos.
Aparte, en un bol ponemos el queso crema y añadimos la mezcla de la nata y la gelatina, y mezclamos bien con unas varillas. Vertemos 100 ml. de zumo de limón y volvemos a mezclar.
Vertemos la mezcla en el molde y reservamos en la nevera 2 horas. Mientras, preparamos la cobertura. Para ello calentamos el agua en un cazo junto con el resto de azúcar y zumo de limón. Mezclamos bien.
Cuando comience a hervir bajamos el fuego, escurrimos la hoja de gelatina hidratada que nos quedaba y mezclamos bien. Retiramos del fuego y dejamos enfriar 5 minutos.
Echamos la cobertura por encima de la tarta y movemos el molde para que se reparta por toda la superficie. Podemos echar, opcionalmente, la ralladura del limón por encima, y metemos a la nevera otras 2 horas. ¡Deliciosa!
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