Antes de empezar, asegúrate de que la leche esté bien fría. Un truco clave es colocar el bol de metal en el congelador durante unos minutos. Esto ayuda a que la crema monte mejor y se mantenga estable por más tiempo.
Paso 2: Comienza a Batir la Leche y Agrega el Aceite Poco a Poco
Vierte la leche fría en el bol y empieza a batir con una batidora eléctrica a velocidad alta. Mientras bates, añade el aceite en forma de hilo fino sin dejar de batir. Este paso es clave para lograr la emulsión y obtener una textura aireada.
Paso 3: Incorpora la Vainilla y Sigue Batiendo
Cuando la mezcla empiece a espesar (después de unos 5-7 minutos), agrega la esencia de vainilla. Este toque aromático realzará el sabor de la crema.
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