Añade la leche evaporada: Vierte la leche evaporada y bate hasta que todo se haya integrado perfectamente. La leche evaporada aportará una textura cremosa que hará que tu panqué quede suave y húmedo.
Tamiza la harina con el polvo para hornear: Cierne la harina con el polvo para hornear al menos tres veces para evitar que se formen grumos en la mezcla. Esto también ayudará a que la harina se airee, contribuyendo a una textura más ligera en el panqué.
Incorpora la harina en forma envolvente: Ahora, agrega la harina a la mezcla en forma envolvente con una espátula o batidor manual. Hazlo poco a poco para asegurarte de que la harina se integre bien, pero sin batir demasiado. La mezcla debe quedar suave y sin grumos.
Hornea: Precalienta tu horno a 180°C (350°F) y coloca la mezcla en un molde previamente enharinado. Hornea durante aproximadamente una hora o hasta que un palillo salga limpio al insertarlo en el centro del panqué. Recuerda que cada horno es diferente, así que revisa después de 50 minutos para asegurarte de que no se queme.
Deja enfriar y sirve: Una vez que el panqué esté listo, retíralo del horno y deja que se enfríe completamente antes de desmoldarlo. Puedes servirlo tal cual o acompañarlo con frutas frescas, crema batida o un toque de azúcar glas.
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