2. Si usas levadura seca, agrégala directamente a la harina, sin necesidad de activarla en agua.
3. En un recipiente grande, tamiza la harina junto con la sal. Haz un hueco en el centro y vierte la mezcla de levadura (o solo agua si usas levadura seca).
4. Agrega el aceite de oliva (si lo deseas) y comienza a mezclar con una cuchara de madera o con las manos hasta que la masa comience a formarse.
5. Coloca la masa sobre una superficie limpia y ligeramente enharinada. Amasa durante unos 10 minutos, hasta que la masa esté suave, elástica y no se pegue a las manos.
6. Forma una bola con la masa y colócala en un bol ligeramente enharinado. Cubre con un paño limpio y deja reposar en un lugar cálido durante aproximadamente 1 hora o hasta que la masa haya duplicado su volumen.
7. Tras el primer levado, divide la masa en porciones de tamaño uniforme. Forma bollos alargados y colócalos en una bandeja de horno enharinada o con papel de hornear.
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