En otro tazón, bato 2 huevos con ¾ taza de azúcar morena—la mezcla cremosa es mi alegría inicial. Agrego 1 taza de puré de betabel, ½ taza de aceite y 1 cucharadita de vainilla—revuelvo bien, mi paso favorito. La masa toma un color vibrante que me fascina.
Incorporo los secos poco a poco, alternando con ½ taza de leche—la mezcla homogénea está lista para hornear. Vierto en el molde y horneo 40-45 minutos—un palillo limpio es mi señal, el aroma llena mi cocina. Dejo enfriar—mi pastel está listo para brillar.
Derrito 100 g de chocolate con ¼ taza de crema a baño maría—cubro el pastel frío y decoro con trozos de chocolate, cada rebanada es un placer que me hace sonreír. Este proceso simple me llena de orgullo cada vez. ¡Es tan fácil y tan rico!
Solución de Problemas
A veces las cosas no salen perfectas, pero tengo soluciones para este pastel. Si está seco, puse poco betabel—1 taza exacta la próxima vez. ¿Denso? Menos batido—suave es clave.
ADVERTISEMENT