1. Separar y batir los huevos
Primero, separa las claras de las yemas de los 4 huevos. Coloca las claras en un bol grande y bátelas a punto de nieve, es decir, hasta que estén firmes y formen picos suaves. Este paso es crucial para darle al pastel una textura aireada y esponjosa.
2. Mezclar las yemas
Una vez que las claras estén firmes, añade las yemas de huevo una a una, batiendo a velocidad baja. Asegúrate de que se integren bien sin perder demasiado volumen en las claras batidas.
3. Agregar azúcar y harina
Con las claras y yemas mezcladas, comienza a agregar las 2 tazas de azúcar poco a poco, sin dejar de batir. Luego, añade gradualmente las 2 tazas de harina de trigo tamizada para evitar grumos. Continúa batiendo a velocidad baja para que la mezcla se mantenga ligera y aireada.
4. Incorporar la leche caliente y la margarina
En una cacerola pequeña, calienta 1 taza de leche junto con 2 cucharadas de margarina hasta que la margarina se derrita por completo. Con la batidora a velocidad baja, vierte lentamente esta mezcla caliente en la masa, asegurándote de que se incorpore bien. Este paso es lo que le dará al pastel su textura húmeda y suave.
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